viernes, 29 de julio de 2011

MURIÓ JOHN STOTT. UN GRAN CRISTIANO. UN INFLUYENTE PENSADOR.


A los 90 años de edad murió quien fue una persona conocida y reconocida por muchos.
La prestigiosa revista Time llegó a destacarlo como una de las 100 personas más influyentes del mundo en 2005; pero detrás de su persona pública, había un hombre humilde, generoso, un maestro, que dedicó su vida a servir a Dios y a los demás.

Una persona con la vista puesta en la eternidad, pero también conectado con el mundo y la sociedad contemporánea.
Autor más de 50 libros, su impacto como líder cristiano se ha visto en muchísimos ámbitos, desde el movimiento global Lausanne hasta la revista Christianity Today , pasando por el London Institute for Contemporary Christianity.

Reproducimos comentarios que nos han hecho llegar conocido su fallecimiento.
Josué Fonseca. (Chile) residiendo en Londres :

“Hoy 27 de Julio7 ha partido a la presencia del Señor nuestro querido John Stott, o Tío Juan, como le gustaba que le llamásemos. En Abril había cumplido 90 años. Le conocimos por sus libros, desde "Cristianismo Básico" en adelante, cerca de 51 libros en total. Su último libro lo publicó el año pasado, con el titulo "The radical disciple", y dijo 'prometo que será el ultimo', y lo fue.
Yo tuve el privilegio de ir a su casa en el sur de Londres, junto con Erika, mi esposa, a una residencia de clérigos retirados, para visitarle por una hora. Conversamos de muchos de sus recuerdos de América Latina. Me preguntó por los amigos comunes, varios de ustedes.

Nos resumió cada uno de los capítulos de su ultimo libro con una lucidez mental asombrosa.

Luego de hablar por una hora, mas o menos, el me pidió que yo hiciera una oración. Dijo: 'perdonen que no me atrevo a orar, porque de pronto se me olvidan las frases que estoy diciendo". Yo oré sabiendo que esa sería nuestra despedida, y agradecí a Dios por este maestro, mentor, amigo, y siervo, de quien recibimos luz e inspiración por tantas décadas”.


Harold Segura (Colombia)

“Yo, como muchos de Uds., formo parte de una generación de líderes evangélicos latinoamericanos que fue animada por medio de los textos de John Stott a pensar la fe de manera integral y a comprender que el Evangelio tenía dimensiones extra-eclesiásticas.

Me refiero a esa generación nacida en iglesias evangélicas, de cuño conservador y encerradas en la lógica estrecha de la salvación de las almas. Con Stott se nos permitió mirar más allá y ver que el mensaje de Jesús tenía repercusiones sociales y que la Misión también incluía la trasformación de toda la Creación.

Sus textos fueron una invitación a abrir nuevas ventanas teológicas y dejar que por ellas entrara aire nuevo. De su mano aprendimos a retar al conservadurismo evangélico y a dialogar con el liberalismo de aquellos años (él fue conservador sin ser fundamentalista y progresista del centro izquierda de la teología evangélica, sin llegar a ser un liberal).

Sobre todo, aprendimos que la teología se hace caminando con las iglesias y soñando con el futuro del Reino; que la evangelización es más que palabras, que la Misión es más que la evangelización y que la iglesia es más que el culto. Paz a su tumba. Labor cumplida.

"...Bien, siervo bueno y fiel. Sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré. Entra en el gozo de tu señor" Mateo 25:21 “

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